Tips para elegir un vestido de verano

Seleccionar un vestido de verano no es algo tan simple como parece. Hay que tener en cuenta el grosor de la tela, es estampado, el largo, la talla, etc.

A continuación te contaremos que es lo que tienes que tener en cuenta para elegir un vestido de verano.

Elección del vestido:

Largo

Si eres una mujer corpulenta debes elegir un vestido por debajo de la rodilla, el vestido debe irte al cuerpo ni muy suelto ni muy justo. Si eres delgada puedes ponerte uno corto. Si eres demasiado delgada un vestido con volumen y estampados grandes te vendrá de maravilla.

Tela

Siempre debes elegir telas como algodón, seda, lino, viscoso son las mejores opciones. Evita las telas con mucho sintético, no  tienen muy buena caída, en ocasiones suelen ser muy calurosas, y transparentes. Lo mejor para el verano es estar cómoda.

Estampado

Siempre debes elegirlos teniendo en cuenta tu contextura física. Si eres un poco rellenita opta por los estampados pequeños, evita las rallas horizontales. Este tipo de estampados tienen un efecto amplificador, y acentúan demasiado las curvas.

Si eres delgada, puedes optar por cualquier tipo de estampados, grandes, pequeños rallas, puedes usarlos sin inconvenientes.

Estilos

Cuando selecciones un vestido para el verano piensa cual será el estilo que mejor le quede a tu figura. Los vestidos muy sueltos, voluminosos son para las personas delgadas. A las más rellenitas les quedaran muy bien los vestidos con corte al busto o rectos, pero no ajustados.

Muy pocas personas tienen una figura perfecta, siempre recuerda que debes dirigir la atención a los lugares que más te favorecen y ocultar aquellos que no te favorecen tanto. Si tu parte a ocultar son las caderas, no coloques allí prendas que tengan mucha tela, estas deben tratar de disimularse lo más posible.

Si tienes poco busto debes poner énfasis en eso, da volumen con volantes, frunces, etc. El secreto para elegir cualquier prenda está en el equilibrio. ¿Cómo lo consigues? Pon poco donde hay mucho, y agrega donde hay poco.

Si sigues este simple principio del equilibrio y lo utilizas siempre a tu favor, de seguro te verás siempre de maravilla.